Actualmente todo el que desee consumir biodiésel dispone principalmente de dos opciones: utilizar biodiésel o mezclas entre gasoil y biodiésel.

En cuanto al biodiésel puro, contamos con el llamado B100 que usa como combustible el 100% de biodiésel y no dispone de mezcla alguna. Podemos afirmar que es un biocombustible totalmente ecológico; es decir, que logra reducir las emisiones de gases a gran escala. Sin embargo, hay que destacar que el B100 posee dos inconvenientes: el fuerte olor a frito que desprende en la combustión y la degradación de las gomas. Además es importante tener en cuenta que en los motores homologados para llevar biodiésel B100 el desgaste del motor se reduce rápidamente.

Como hemos mencionado anteriormente, existe la otra opción disponible para los consumidores de utilizar mezclas con biodiésel y gasoil que ofrece varias posibilidades para poder obtener combustible.

Según las cantidades de biodiésel que se pongan en las mezclas, éstas reciben un nombre distinto. Por tanto, podemos encontrar tipologías diversas. Por ejemplo, B5 significa que dispone de un 5% de biodiésel y un 95% de diésel. También podemos encontrar el B25, B30, B20 o B50, entre otros, que reproducen la misma fórmula respectivamente.

Las cantidades más comercializadas a día de hoy son B100 y las mezclas de B20 o B30. Algunos operadores han sugerido que el consumo del B20 o B30 supone una mejora en el consumo de este combustible. El B20 es la mezcla más utilizada actualmente en el mercado español y en Estados Unidos. En algunas comunidades también se ha comercializado el B10, B5, B25, pero no son las mezclas más consumidas. En la actualidad, muchas empresas o distribuidores tiene la capacidad de producir mezclas con biodiésel que se acercan a los estándares internacionales como el B30 o el B100.